La Relatora de Derechos Culturales, Farida Shaheed, ha examinado su amplitud, destacando que abarcan la expresión, la creación artística, la comunicación, la identidad, la educación, la ciencia, y el acceso al patrimonio.

El autor define los Derechos Humanos como posibilidades para consolidar espacios de libertad y dignidad. Coincide con Yuval Noah Harari en que los Homo sapiens somos únicos por nuestra capacidad de crear ficciones (cultura, estado, derechos) a través de la imaginación y el lenguaje, configurando así nuestra realidad. Dado que somos inherentemente seres culturales, los derechos culturales son consustanciales a nuestra especie; no podemos dejar de ejercerlos mientras estemos vivos.

El núcleo filosófico de estos derechos reside en la dignidad humana intrínseca (la "fuente moral" de todos los derechos fundamentales, según Habermas). Por lo tanto, impedir, vulnerar u obstruir los derechos y libertades culturales no es solo una violación a los derechos humanos, sino un atentado contra todo aquello que nos hace humanos.